sábado, 25 de octubre de 2014

UNA noticia con muchas aristas

Después de tiempos dilatados, idas y vueltas, ya llegó finalmente el día en que el IUNA se transformó en UNA (Universidad Nacional de las Artes).

Por un lado vale hacer un análisis de qué significa en sí este cambio de nomenclatura.
Lo que diferencia a un Instituto Universitario de una Universidad, según la Ley de Educación Superior, es que el primero acota su área de conocimiento a una sola disciplina, mientras que la segunda abarca diferentes áreas.
Entonces, que coyunturalmente se haya podido cambiar la concepción sobre el área de estudio que tiene el IUNA es destacable, porque habla de un reconocimiento al espacio que ocupamos como productores, investigadores y profesores en las tantas áreas en las que podemos participar como Estudiantes y como Graduados.
También es importante pensar que ya no somos una Universidad creada por un Decreto de Necesidad y Urgencia, sino por una decisión parlamentaria, por más que arrastremos resabios bastante importantes de la época menemista

Pero por otro lado, también es necesario hacer una autocrítica muy grande sobre el espacio que ahora ocupamos por peso propio.
Haber llegado a esta instancia es un reconocimiento a la importancia de nuestra Universidad, lo que también implica una responsabilidad que no se termina de ver puertas para adentro.

Una Oferta Académica que en la mayoría de los casos imposibilita una cursada regular en caso de trabajar, e incluso casos extremos en los que Carreras enteras se traban por deficiencia en las Ofertas de Materias.

El Claustro Docente, en todos los Departamentos y Áreas, tiene pocos Concursos y se imposibilita una real representación en los diferentes Gobiernos de la Universidad porque, a pesar de existir hace 15 años el IUNA, los Docentes Interinos no pueden participar de las Elecciones. El nuevo Convenio Colectivo Docente busca cambiar ésto, pero por ahora no se ha implementado y siguen siendo prácticamente los mismos actores desde el comienzo del IUNA los que deciden las políticas del Departamento.
Ni siquiera existe una Sala de Profesores que posibilite el intercambio entre colegas, genere diálogo y forme una comunidad comunicada.

Los espacios en los que cursamos están, en su mayoría, poco o mal preparados para las Carreras que tenemos en todos los Departamentos y Áreas en general. Incluso las herramientas y soportes que necesitamos son deficientes o insuficientes.

El lugar para los Graduados y el perfeccionamiento Docente no está para nada desarrollado, trabando un recorrido que se debe seguir de cara a mantener las Carreras vigentes y activas.

La comunicación e interacción con la sociedad debería ser un punto basal para una Universidad y sin embargo, especialmente para las áreas que ocupamos, el lugar que tenemos ahora impulsado desde las Secretarías de Extensión Universitaria son muy pequeños.

El lugar de los Estudiantes en los Gobiernos de la Universidad es muy limitado y, muchas veces, poco respetado, tanto como Claustro en sí como también en calidad de representantes electos democráticamente.

Es claro que hubieron muchas gestiones que malgastaron y malgastan el Presupuesto Nacional, pero igualmente sigue siendo insuficiente para las necesidades que una Universidad como la nuestra precisa: el presupuesto para los proyectos de investigación es prácticamente irrisorio; es evidente que no alcanza el presupuesto para mantener en buenas condiciones las Sedes; tampoco alcanza para poder armar una buena base de Oferta Académica, porque faltan Docentes que dicten materias en todos los turnos y sobran otros que no asisten nunca a dar clases o lo hacen de forma irregular.

Es también un buen momento para reflexionar el lugar que ocupamos los Estudiantes en la institución de la que somos parte.
Desde el momento que entramos, tomamos un compromiso que debemos asumir: desde las materias a las que nos anotamos cuando hay cupo limitado; el uso que hacemos de los espacios comunes; hasta el cuidado y respeto por los elementos de los compañeros y por las demás personas que conviven en la universidad.
Nunca nos vamos a cansar de repetir la importancia que tenemos como Estudiantes. Que tenemos peso para decidir qué Universidad queremos. Para mejorar lo que necesita ser mejorado. Que está en nosotros demostrar que no somos "los chicos" que hacen sin cuestionar, sin entender, y que dejan que "los grandes" se ocupen de todo.

Ahora que existe, en teoría, una mejor concepción de la UNA, es hora de exigir a la altura de lo que eso significa.
Ahora que somos UNA, aprovechemos el impulso para construir OTRA Universidad.

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